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Nº 3. LA TRAMPA MALTUSIANA. 50 cosas que hay que saber de economía*

¿Es posible que estemos multiplicándonos demasiado rápido para ser capaces de mantenernos?
Hace dos siglos, el economista inglés Thomas Malthus estaba convencido de que así era. Según calculó, la humanidad crecía mucho más deprisa que sus recursos alimenticios. De allí la teoría de la «Catastrofe Maltusiana».

Es paradójico que una de las teorías económicas más populares, potentes y perdurables se haya revelado errónea generación tras generación. No obstante, hay pocas ideas más cautivadoras que la que sostiene que la raza humana está creciendo y explotando los recursos del planeta con tanta rapidez que se dirige a su autodestrucción inevitable. Contemplad la trampa maltusiana.

En su obra «Ensayo sobre el principio de la población», el ser humano necesita satisfacer sus necesidades vitales, es decir su alimentación. Su hipótesis va de que el crecimiento de la población es geométrico, mientras que la capacidad de la tierra para producir alimentos crece de forma aritmética, por lo tanto la única forma es mediante el control del crecimiento de la población. Desde su punto de vista el ser humano se encaminaba a una crisis inevitable que producirían los tres frenos inevitables e impuestos por la naturaleza: hambre, enfermedades y la guerra. Los pueblos al no tener que comer, sucumbirían a la peste o lucharían entre si por los recursos cada vez mas escasos.

A pesar de que han pasado dos siglos del «dilema maltusiano» distintos expertos en la actualidad defienden la necesidad de controlar el crecimiento de la población mundial. Pero Malthus se equivocó en sus cálculos, pues estimó que el máximo de población mundial llegaría en pocos años a unos mil millones de personas, y ahora mismo se calcula en 7.700 millones. Su error fue no contar con el genio del ser humano, gracias al libre mercado, la revolución industrial y las economías abiertas, los seres humanos han realizado inventos maravillosos, cada uno de las cuales ha incrementado de manera exponencial la producción de alimentos.

Otro error que cometió fue concluir que la raza humana iba a seguir creciendo exponencialmente, pues alcanzado cierto nivel de riqueza, impulsada por la clase media en los países occidentales, las tasas de natalidad son menores a los fallecimientos

No habrá tal apocalipsis, al menos en la mayor parte de lo que hoy llamamos el mundo occidental (Europa, Estados Unidos, Japón y un puñado de economías avanzadas más), pues estos salieron de la trampa maltusiana aumentando la productividad agrícola, y bajando los índices de natalidad sin intervención del estado, pues la evidencia empírica nos dice que a mayor cantidad de gente que sale de la pobreza hay menor cantidad de hijos. Sin embargo, no es menos cierto que por desgracia, otras partes del mundo siguen atascadas en la Trampa, incluyendo a Latinoamérica

Los neomaltusianos por su parte, sostienen que aunque el ingenio humano ha conseguido retrasar la catástrofe un par de siglos, estamos nuevamente al borde de otra crisis, no solo por los alimentos, sino que ahora se suman las fuentes de energía. Queda por ver si resultan de nuevo válidos los avances tecnológicos y los controles de población que antes impidieron que las tesis de Malthus se hicieran realidad.

La idea en síntesis: cuidado con el aumento de población descontrolado

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